En un acontecimiento histórico, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos ha otorgado por primera vez la aprobación a productores de carne cultivada en laboratorio, marcando un hito significativo para la industria de proteínas alternativas. Esta decisión abre las puertas para que dos compañías de California puedan comercializar pollo producido a partir de células animales.
Si bien es probable que pase algún tiempo antes de que los consumidores puedan adquirir carne cultivada en laboratorio en los supermercados, esta aprobación del gobierno permitirá eventualmente la venta de este tipo de carne a través de las fronteras estatales, una vez que haya pasado las inspecciones federales.
Esta autorización es especialmente relevante para las compañías que se dedican a la producción de carne cultivada en células, así como para los consumidores que buscan alternativas a los pollos criados en granjas industriales y sacrificados. La noticia ha sido recibida con entusiasmo tanto por los defensores de las proteínas alternativas como por las empresas que solicitaron la aprobación federal, como Upside Foods y Good Meat. En un momento en que cada vez más personas se preocupan por el impacto ambiental de la producción de carne y el bienestar animal, esta aprobación se considera un paso clave para la industria cárnica y el sistema alimentario en general.
El Dr. Uma Valeti, director ejecutivo y fundador de Upside Foods, comentó en un comunicado: «Esta aprobación cambiará fundamentalmente la forma en que la carne llega a nuestra mesa. Es un gran paso hacia un futuro más sostenible, preservando la elección y la vida».
Con esta decisión, Estados Unidos se convierte en el segundo país del mundo, después de Singapur, en autorizar la producción y venta de carne cultivada en laboratorio. Bruce Friedrich, presidente del Good Food Institute, una organización sin fines de lucro centrada en la carne cultivada en células y a base de plantas, destacó la importancia de la aprobación estadounidense y señaló que muchos gobiernos seguirán el ejemplo del sistema de aprobación de seguridad alimentaria de Estados Unidos.
Los defensores de la carne cultivada argumentan que este producto ofrece beneficios ambientales, seguridad alimentaria y bienestar animal superiores. Sin embargo, los escépticos muestran cautela respecto a los riesgos científicos y de seguridad, y sostienen que los supuestos beneficios ambientales aún no han sido comprobados. Además, existen desafíos en cuanto a la producción a gran escala para satisfacer la demanda del mercado.
Se estima que alrededor de 100 compañías en todo el mundo, incluyendo decenas en Estados Unidos, se dedican a la producción de carne cultivada. Según la firma de investigación de mercado Grand View Research, la industria tuvo un valor de aproximadamente 247 millones de dólares en 2022 y se proyecta que alcance los 25 mil millones de dólares para 2030, según la consultora McKinsey & Company.
El proceso de producción de carne cultivada en laboratorio comienza con la obtención de células de un animal, las cuales son alimentadas con agua, sal y nutrientes como aminoácidos, vitaminas y minerales.
En resumen, se el proceso de producción de grandes tanques llamados cultivadores o biorreactores, donde se crean las condiciones ideales para su crecimiento y desarrollo.
Una vez que las células han alcanzado una cantidad suficiente, se recolectan y procesan para obtener la carne cultivada. Este proceso implica la eliminación de cualquier material no deseado, como huesos, plumas o pezuñas, y la transformación de las células en una masa de carne picada.
La carne cultivada resultante se puede utilizar para crear una variedad de productos, como hamburguesas, salchichas o filetes. A través de técnicas de procesamiento y moldeado, se le da forma y textura similar a la carne convencional.
Uno de los principales beneficios de la carne cultivada en laboratorio es su potencial para reducir el impacto ambiental de la producción de carne convencional. Se estima que la producción de carne cultivada requiere menos tierra, agua y emite menos gases de efecto invernadero en comparación con la cría de animales tradicional.
Además, la carne cultivada en laboratorio tiene el potencial de mejorar la seguridad alimentaria al reducir el riesgo de enfermedades transmitidas por alimentos y eliminar la necesidad de utilizar antibióticos en la cría de animales.
Aunque la aprobación de la venta de pollo cultivado en laboratorio en Estados Unidos es un hito importante, todavía existen desafíos y preguntas pendientes en torno a la regulación, etiquetado y aceptación por parte de los consumidores. Algunos sectores de la industria cárnica convencional han expresado preocupación y han buscado proteger el uso del término «carne» exclusivamente para los productos de origen animal.
Sin embargo, a medida que avanza la tecnología y se realizan más investigaciones y desarrollos en el campo de la carne cultivada, se espera que su producción se vuelva más eficiente y asequible, lo que podría llevar a una mayor adopción y disponibilidad en el mercado.
En resumen, la aprobación de la venta de pollo cultivado en laboratorio en Estados Unidos marca un hito significativo en la industria de proteínas alternativas. Este avance representa un paso hacia un sistema alimentario más sostenible, con el potencial de reducir el impacto ambiental y mejorar la seguridad alimentaria. A medida que la tecnología continúa avanzando, es posible que veamos un aumento en la oferta y diversidad de productos de carne cultivada en el futuro.